Esteban Salazar, el novelista desconocido que catapultó a Federico García Lorca
El malagueño Esteban Salazar Chapela fue un escritor en el exilio que antes de la Guerra Civil fue uno de los grandes críticos literarios de la España Republicana y posteriormente puso en valor a los escritores españoles desde su exilio en Londres.
Nacido en Málaga en 1900, Esteban Salazar Chapela fue un escritor que compartía el ideario de la Segunda República y que como tantos otros vivió en el exilio durante buena parte del Franquismo hasta que murió en Londres en 1965. Por edad podría adscribirse a la Generación del 27, aunque busco no adherirse a grupos y frente a aquellos poetas, lo suyo fue la narrativa y la crítica literaria. Publicó cinco novelas y algunas de ellas ni siquiera llegaron a España. Pero desde su lado de crítico, figuras como Federico García Lorca y otros escritores españoles de la época le deben mucho, ya que los artículos de Salazar en importantes revistas sirvieron para impulsar sus obras, no solo en España, sino en Latinoamérica. De hecho, ya en 1927 calificó a Lorca como "el mejor poeta andaluz vivo" y de influencia revolucionaria. El tiempo le daría la razón.
Esteban Salazar, crítico literario
Los libros de literatura de la primera mitad del siglo XX casi están monopolizados por el Grupo Poético del 27 sin menciones a Esteban Salazar Chapela cuando fue él uno de los principales responsables de destacar y dar a conocer la labor literaria de los poetas de la época. Porque incluso antes que escritor, Salazar Chapela fue crítico literario. De hecho, Salazar Chapela era uno de los grandes críticos de la España anterior a la Guerra Civil hasta el punto de que llegó a compaginar publicaciones en la mítica Revista de Occidente de José Ortega y Gasset, en La Gaceta Literaria y en el suplemento Revista de Libros del periódico El Sol.
En las páginas escritas por su pluma tanto de esta época como desde la Inglaterra de su exilio, ensalzó a Federico García Lorca, Vicente Aleixandre, Manuel Altolaguirre, o Luis Cernuda. De hecho, durante su época en el exterior, Salazar Chapela escribió una columna titulada Cartas desde Londres, que desde el exilio enviaría a las principales cabeceras latinoamericanas a través del Servicio para Hispanoamérica de la BBC, con bastante contenido sobre literatura española.
En un artículo denominado Hispanoamericanismo nuevo dirá:
"Me complace recoger este éxito extraordinario de Federico García Lorca para incorporarlo al nuevo hispanoamericanismo. Abolidos los discursos floridos, viene la acción directa, o sea el directo conocimiento mutuo, según las mejores prendas de uno y otro continente".
Aboga en este artículo por crear una entidad que organice la visita de escritores españoles a Hispanoamérica a partir de la experiencia de Lorca en Buenos Aires.
Pero antes de llegar a ese momento, en 1927 en un suplemento de Litoral, Salazar Chapela comentará Canciones 1921-1924 que abre repasando el éxito de este libro, el de sus dibujos y el de la obra de teatro Mariana Pineda. Tilda a Lorca de ser un primer espada muy joven, ya con escuela, arriesgado y que se arrima a lo popular. Destaca su capacidad de ir a la raíz y exaltarla, algo así como cuando oímos a Falla. De las Canciones destaca su valor musical, de ritmos cambiantes y virajes musicales insospechados. "Es en ello el genio de García Lorca: haber aunado en estas Canciones lo aprovechable, por rico, de la tradición poética y lo nuevo, lo más moderno y vanguardista". Salazar Chapela ha captado a la perfección lo que quedará de Lorca en el futuro y que pasará a ser historia de la literatura universal o puede incluso, que Salazar Chapela esté marcando el camino de lo que otros dirán a posteriori del genio granadino y que pasará a engrosar los libros de literatura.
Las alabanzas de Lorca hechas por Salazar Chapela llegaron a mucha gente. De hecho, el crítico especialista en Federico García Lorca, Ian Gibson, no tiene reparos en mencionar a Esteban Salazar Chapela en varios de sus libros haciendo referencia a esa crítica concreta de 1927: "El crítico, Esteban Salazar Chapela, está al tanto del triple éxito que Lorca acaba de cosechar en Barcelona -como poeta, dramaturgo y artista- y elogia calurosamente el libro, haciendo hincapié en su elegancia y su contención, en su equilibrio entre lo moderno y lo tradicional. El crítico no duda que Lorca es el mejor poeta andaluz vivo y que su influencia es ya revolucionaria".
La narrativa de Esteban Salazar Chapela
Pero además de ser un termómetro de la literatura española de la época, Salazar Chapela fue un termómetro social a través de su narrativa. En Pero sin hijos (1931) reflejó el ambiente previo a la II República; En Aquella Valencia (1995) es un retrato de la Valencia ejerciendo como capital republicana durante la Guerra Civil y Perico en Londres (1947) muestra la vida de los españoles exiliados en Inglaterra durante los primeros años del Franquismo. Completan sus novelas Desnudo en Picadilly (1959) y Después de la bomba (1966). Son obras que rebozan actualidad en su lenguaje y que están cargadas de ironía tanto en su argumento como en los personajes.
Pero la actividad de escribir nunca está al margen de la de leer y esto es algo que siempre guiará la labor de Salazar, que aúna ambas actividades en su labor de crítico literario. Ya durante su juventud en Málaga formará parte de la revista Ambos, la primera publicación poética fundada con tan solo 17 años por Manuel Altolaguirre, junto a José María Hinojosa y José María Souvirón. En ella, Esteban Salazar Chapela publicará el ensayo El semblante de algunas prosas, que vio la luz en abril de 1923. Ya aquí comparte espacio, por lo tanto, con los poetas de su generación, algo que alargará a través de Imprenta Sur, Suplementos de Litoral. Incluso, realizará un acercamiento propio a la poesía publicando dos sonetos estando ya en Madrid en la revista El Estudiante.
Este artículo es un extracto de un trabajo titulado Esteban Salazar Chapela. Faro de una generación realizado por Javier Lara para la asignatura Literatura española en el exilio del Master de Estudios Avanzados en Humanidades de la Universidad de La Rioja.
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