¿Hombre o pez? El misterioso nadador con escamas de Liérganes

31.08.2024

Un país de historias

De perderse nadando en la ría de Bilbao a ser capturado por unos pescadores en la bahía de Cádiz.

Francisco de la Vega, fusión de hombre y naturaleza: ¿realidad o ficción?

La leyenda del hombre pez de Liérganes es una de las historias más fascinantes y misteriosas de la mitología cántabra. A mediados del siglo XVII, en el pequeño pueblo de Liérganes, vivía Francisco de la Vega Casar, conocido posteriormente como el hombre pez. o, como lo denominó Feijoo, el anfibio de Liérganes. 

El padre de Francisco murió y su madre, María del Casar, lo envió a Bilbao a aprender el oficio de carpintero. Un día antes de la festividad de San Juan en 1674, Francisco fue a bañarse con unos amigos a la ría. Lo vieron avanzar aguas abajo hasta que desapareció sin dejar rastro. El muchacho era un gran nadador y sus compañeros no temieron por él hasta horas después. Al ver que no regresaba, lo dieron por ahogado y comunicaron lo ocurrido a su madre, que lloró su pérdida.

Se dijeron muchas cosas tras la desaparición: que si lo avistaron nadando por la bahía de Santander o en lugares mucho más lejanos como la costa de Dinamarca o en el canal de la Mancha. Sin embargo, fue cinco años después de la desaparición cuando unos pescadores en Cádiz afirmaron haber visto a un ser acuático con apariencia humana que desapareció rápidamente. Estas apariciones se repitieron hasta que lograron capturar a la criatura utilizando trozos de pan y redes. Una vez capturado, se constató que se trataba de un hombre con escamas.

Cuando lo subieron a cubierta se asombraron al ver que era un hombre joven, corpulento, de tez pálida y cabello rojizo. Sin embargo, lucía una cinta de escamas que le descendía desde la garganta hasta el estómago y otra le cubría todo el espinazo.

Tras ser llevado al convento de San Francisco, consiguió tartamudear una palabra: "Liérganes". Se pensó que pudiera estar poseído por algún mal espíritu y hasta le practicaron exorcismos que no sirvieron de nada. 

Una persona del norte que trabajaba en la zona comentó que existía un pueblo con el nombre que pronunciaba. Tras enviar la noticia a Liérganes, se descubrió que coincidía con la desaparición de Francisco de la Vega cinco años atrás. Finalmente, Francisco fue llevado de vuelta a Liérganes por un fraile del convento.

Al llegar a las proximidades de Liérganes, Francisco supo guiar al fraile perfectamente hasta el pueblo y finalmente se encaminó sin dudar hasta la que había sido su casa donde su madre lo reconoció como su hijo Francisco, al igual que sus hermanos que se hallaban en la casa.

Tras su vuelta a Liérganes, Francisco vivió tranquilo, aunque tenía una personalidad extraña. Siempre iba descalzo y era frecuente que también marchara desnudo. Apenas pronunciaba unas cuantas palabras y muchos lo tomaron por loco. Comía en pocas ocasiones, pero cuando lo hacía, ingería grandísimas cantidades. 

Nueve años después desapareció de nuevo sin que se supiera nunca nada más de él.

La leyenda del hombre pez de Liérganes ha perdurado a través de los años, alimentando la imaginación y el folclore local. Se ha convertido en un símbolo de la región y ha inspirado diversas obras artísticas y culturales. La primera reseña en la que se menciona el relato es en "Teatro Crítico Universal" de Benito Jerónimo Feijoo. 

Hoy, la figura del hombre pez es celebrada en Liérganes, donde una escultura en su honor adorna el paisaje junto al puente mayor y un centro de interpretación en un molino de agua narra su enigmática historia.

¿Una explicación a la figura del hombre pez?

¿Existe alguna explicación científica para esta historia? Aunque las leyendas suelen tener raíces en acontecimientos reales, a menudo se les añade un toque de misterio y fantasía que las hace más intrigantes.

En el caso del hombre pez, algunos estudiosos han propuesto teorías para dar una explicación más racional a la historia. Una de las teorías más destacadas fue presentada por el reconocido médico y científico español Gregorio Marañón, quien sugirió que Francisco de la Vega podría haber padecido de cretinismo, una condición causada por una deficiencia severa de yodo que puede resultar en características físicas anormales y retraso mental. Esta teoría fue apoyada también por José María Herrán en su obra "El hombre-pez de Liérganes", donde menciona que los individuos con cretinismo pueden tener una mayor resistencia bajo el agua y que la piel escamada podría indicar una condición conocida como ictiosis.

La ictiosis es un trastorno de la piel caracterizado por la formación de escamas, lo que podría haber dado lugar a la descripción de un hombre con características de pez. Además, si Francisco de la Vega realmente sobrevivió a la corriente del río Miera y vivió en aislamiento, su apariencia y comportamiento inusuales podrían haber contribuido a la leyenda.

Liérganes: un pueblo montañés de gran belleza

Liérganes, un pintoresco pueblo en Cantabria es un destino que encarna la esencia de la historia y la belleza natural de la montaña cántabra. Con una población que apenas supera los 2,000 habitantes, este municipio se encuentra a unos 27 kilómetros de Santander y ofrece una experiencia única de desconexión en la naturaleza del norte de España.

El Puente de Liérganes es uno de los símbolos más emblemáticos del pueblo. Data de los siglos XVI y XVII y fue diseñado por Bartolomé de Hermosa. Aunque comúnmente se le llama "puente romano", su construcción se completó en 1606, mucho después de la época romana. Este puente de piedra no solo es una maravilla arquitectónica, sino que también ofrece vistas impresionantes del río Miera, que fluye serenamente a través de Liérganes.

El Parque Natural Macizo de Peña Cabarga es otro atractivo imperdible. A solo 15 kilómetros de Santander, este macizo kárstico se extiende por más de 2,500 hectáreas, ofreciendo rutas de senderismo y la oportunidad de explorar un ecosistema diverso. El karst de Cabárceno, con su peculiar morfología y color rojizo, ha sido declarado Punto de Interés Geológico, lo que lo convierte en un destino fascinante para los amantes de la geología y la naturaleza.

Liérganes es un pueblo caminable, ideal para un paseo relajado entre sus casas empedradas y floridas, a la orilla de su río y con la opción de adquirir algunos de los dulces típicos de la zona.

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